Este es el título de la interesante reflexión que hacía Santiago Auserón en el periódico El País, a través de su suplemento «Babelia». Recomiendo su lectura, ya que después de sentir cada vez más fuerte, como la música está siendo desplazada del curriculum por algunos intereses, a uno le reconforta saber que todavía algunos escriben lo siguiente:
«La educación musical no solamente influye en el sentido de las proporciones, como decían los antiguos griegos, sino que nos convierte en testigos y artífices de vínculos que ningún programa político recoge.»
Pueden leerlo pinchando aquí
También interesante su blog
Interesante título. Gracias por la información…entraré a visitarles.
Un saludo